Ayer volvimos a las andadas. Como si de una película del oeste se tratase, cual cinco forajidos cuyo rostro aparece bajo las letras «WANTED, DEAD OR ALIVE», nos acercamos al poblado abandonado de La Juana, armados hasta los dientes, cámara al cuello, trípode al hombro y linterna en mano. Con nocturnidad y alevosía. Lo admito. Llegamos algo cautelosos eso sí, esperando en cualquier momento la visita del sheriff del condado, para hacernos abandonar nuestra actividad. Alguno de los compañeros decía escuchar un helicóptero pensando que nos vigilaban desde el aire… tras superar nuestra paranoia inicial y discutir distintos encuadres y esquemas de luz, nos decidimos por lo que parece ser un antiguo cuartel de la Guardia Civil… paradojas de la vida.
Venganza en La Juana
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