La semana pasada terminé de impartir el taller de fotografía nocturna organizado por la asociación cultural La Nave. Después de las sesiones teóricas tocaba salir al campo a darle caña a la linterna y al flash. Al ser un grupo numeroso, la localización tenía que ser lo más amplia posible para poder colocar todos los trípodes sin problema y poder movernos cómodamente. Elegimos un antiguo pozo cerca de Parpacén que nos permitía jugar con la iluminación tanto exterior como interior. Algunos se animaron a iluminar e incluso a hacer alguna esfera y al pobre Mario lo tuvimos corriendo toda la noche con el flash en la mano. Cuando la noche empezó a ponerse fría cambiamos la cámara por un rico trozo de bizcocho y un licorcillo que había traído Ana. Aquí os dejo algunas de las fotos que hicimos y un par de fotos del grupo. Para el que no me conozca, soy el que estoy más a la derecha con los ojos bien abiertos 🙂
A los que no pudisteis venir ya sabéis que tenemos la salida pendiente. Gracias a todos por vuestra asistencia y entusiasmo!