Antes de que comenzara esta semana de vacaciones me hice el firme propósito de conseguir un retrato decente de uno de los simpáticos petirrojos que visitan mi jardín hace tiempo. Es un pájaro muy fotogénico, con el naranja de su pecho y un fondo verde bien iluminado ya hay media foto, pero quería hacer algo un poco más «original» (tarea cada día más difícil). Como ha venido a diario, he tenido tiempo de ver cuales son sus lugares preferidos y cual era el sitio y la hora con la mejor luz. Después de varias sesiones en las que nos hemos conocido mutuamente y me ha aceptado a poco más de un par de metros sin hide ni red de camuflaje, decidí fabricarle un posadero distinto a ver si le gustaba, y la verdad es que no tuve que esperar mucho para que se pusiera donde yo quería.
El posadero parece que le gustó, pero la magdalena creo que todavía más 😉
Jajajaja muy bueno si señor con paciencia y seducción!!!!.
Gracias Manuel, hay que motivar al peti, pero no es difícil… un saludo