Me gustaría tener la prosa de Pérez-Reverte para poder acordarme de la madre que parió a más de uno y confirmar que cuando dice que en España no cabe un tonto más no se equivoca en absoluto, pero como no tengo la habilidad de Don Arturo, me ceñiré a describir lo que ocurrió intentando ofender lo mínimo posible. Anoche salí de nocturnas. El amigo Juan Carlos había estado paseando por Google Earth y tenía varios sitios buscados que podían estar bien. Así que nos dirigimos el vecino, Manolo Villena y un servidor a una de las localizaciones. Dejamos el coche aparcado cerca de la carretera y bajamos por una pista rodeada de almendros y algarrobos, lo típico por estos lares. Llegamos a un cortijo abandonado, lo más distinto a un chalet de lujo que uno pueda imaginar, en un secano en el que no había ni mochuelos. Ninguna indicación de «prohibido el paso», «propiedad privada» o «cuidado con el perro que es peligroso y tiene la rabia». No era exactamente lo que nos hubiera gustado, el cortijo daba poco juego, no era ninguna maravilla que nos fuera a catapultar a la fama, pero ya que habíamos llegado hasta allí nos dispusimos a inmortalizarlo. Preparamos los trípodes, las cámaras, decidimos el tipo de iluminación que podría ir bien, hicimos alguna prueba con los flashes y las linternas… Hasta aquí todo normal. Pero de pronto, como salidos de la nada, aparece un grupo de gente a la carrera directos hacia nosotros. No teníamos ni idea de quien podía ser hasta que nos gritaron: «GUARDIA CIVIL!!!!«. No es la primera vez que recibo la visita de la Benemérita cuando estoy haciendo fotos, pero lo de anoche fue de película. Parecía un asalto de un grupo de operaciones especiales. Lo juro. Llevaban apostados más de media hora observando nuestra actividad, según nos dijeron, pero al parecer al no saber a ciencia cierta a qué nos dedicábamos decidieron pasar a la acción. La cara de desconcierto que pusieron al oír nuestras explicaciones era para haberla inmortalizado. Uno de ellos negaba con la cabeza con absoluta incredulidad, muy en su papel de poli malo (todo el mundo sabe que de noche no se pueden hacer fotos…. está todo oscuro). El otro, el poli bueno, nos decía que «cómo se nos ocurría jugarnos la vida por hacer una simple foto» , que «nos podíamos haber llevado un tiro»…(comentarios muy acertados y tranquilizadores sin duda). Lo mejor es que venían acompañados de dos fornidos mocetones, probablemente familiares del dueño de la finca, que fueron los que dieron la voz de alarma y que nos recomendaban practicar nuestra afición a las diez de la mañana que es una hora más razonable para hacer fotos (estos son los que confirman la teoría de que en España hay más tontos que botellines). Después de pedirnos nuestra documentación (yo me había dejado el DNI en casa…) y comprobar que no eramos albano-kosovares dispuestos a secuestrar a nadie, ni ladrones de almendras u otros frutos de la tierra con la «fragoneta» cargada de género, pero hacernos sentir como viles delincuentes, nos instaron a recoger nuestras cosas a la orden de «Abandonen su actividad!!»…
Así que hoy, por primera vez, la entrada al blog va sin foto, no me dejaron hacerla 😦
No se te da mal esto de ordenar palabras en un «papel» para contar historias (¿divertidas?) que hablan sobre un tipo con una cámara de fotos que comparte afición con otros tipos (¿delincuentes?) como él y que tienen la insana costumbre de alumbrar (¿con nocturnidad?) lugares en estado de abandono perdidos en algún lugar de esta querida España (¡¡Ay que penita, pena…!!!!). He pasado un rato entretenido leyendo tu entrada de hoy. Me gustaría extenderme un poco pero casi prefiero dejarlo así, no sin antes añadir que lo de ayer me pareció una versión de Berlanga de la película «La Noche Más Oscura» y como protagonistas….. Bueno, que cada cual se imagine los que más les gusten.
PD: Me acaban de llegar las pilas recargables para el frontal. O las regalo o tendré que retomar mi otra afición: la pesca.
Lo mismo dejo la fotografía y me pongo a escribir novelas policiacas jajajaja. La verdad es que lo de ayer fue algo surrealista, no es la primera y tampoco será la última, suerte que el cortijo no era gran cosa y que los dos mocetones no venían solos, si no, lo mismo nos calientan a base de bien. No regales las pilas, podemos bajar con mi cuñao a la cueva de las campanas 😉
La ignorancia, simplemente la ignorancia. Fastidia tener que dar explicaciones a un ignorante que además es un escéptico, por temor a que le engañen… efectivamente: por ser ignorante.
«Padre,perdónalos,porque no saben lo que hacen»
Supongo que se tendrán que enfrentar a situaciones desagradables, pero una vez que comprueben que no se está realizando nada ilegal deberían ser más comprensibles…lo peor es que no nos dio tiempo a hacer ninguna foto para poder enseñársela y sacarlos de su ignorancia…un abrazo Pepe
Dices que no tienes la prosa de Pérez Reverte, más te juro que, habiendo sido protagonista de semejante incidente, tu relato me ha resultado digno de la esperpéntica prosa de Valle Inclán.
¡¡¡Pena, penita pena!!!
Gracias Manolo, pero creo que voy a intentar seguir con la fotografía, no sé yo si con lo de escribir me ganaría la vida, ya me gustaría !!!
Vaya tela, no puedo más que darte la razón. Que uno salga a hacer unas fotografías y que casi acabes detenido, eso sólo puede pasar aquí.
A nosotros también no visitó la Guardia Civil el otro día en la Fábrica del Blanqueo, los dueños de un cortijo cercano les avisaron.
Comprendo que tengan que acudir, que es su trabajo, pero por dios, que somos fotógrafos!!!!, qué pena de verdad.
Ya me dijo Ramón que os hicieron una visita en la fábrica. A mi no es la primera vez que me pasa, es muy normal si te ven con linternas de noche, pero lo de esta vez fue demasiado, llegaron al asalto, no sé que pensarían que estábamos haciendo, que se puede robar en un cortijo abandonado?…
Hola, una historia para contar como has hecho, sin duda. Quería dejar un comentario porque a mí me pasó algo parecido pero esta vez de nocturnas en un cuco rodeado de almendros a orillas de un camino rural junto a una carretera nacional. Pero esta vez llegó el dueño que muy amablemente viendo que no le estábamos robando la almendra , nos acompañó hasta que nos fuimos.
Son fechas de recogida de la almendra y el agricultor que se debe a ello, está al acecho de los ladrones . SI estás en su propiedad y con luces ,lo normal es que piense lo peor y no que estás haciendo fotos al cuco. Cada palmo de suelo , tiene propietario, por eso hay que mirar bien donde se mete uno.
En vuestro caso, no había razón ,un vez sabían todos ellos lo que estabais haciendo ,para que os echaran del lugar con tal falta de educación he ignorancia,porque hablando se entiende la gente racional…pero…bueno..
Un saludo
Gracias por pasar a comentar. Es muy normal que la Guardia Civil o el dueño de la finca se pasen por el lugar si ven algo sospechoso, no es la primera ni la última vez que pasa, pero lo que nos llamó la atención fue la manera de hacerlo, de película… un saludo
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