Este domingo pasado impartimos un taller un tanto especial. La idea era pasar la tarde hablando de fotografía, salir a hacer fotos y terminar charlando con una cata de vino en La Ventera. La afición a la fotografía es grande, pero al vino todavía mayor, así que nos juntamos un buen grupo y pasamos una estupenda velada, a pesar de que algunos tuvieron que pasar casi tres horas escuchándome hablar sin parar ( siempre lo advierto, tomo carrerilla y no hay quien me pare!!!). A más de uno la cabeza le daba vueltas pensando en ISOs, histogramas y tiempos de exposición…
Parecíamos japoneses por las calles de Gualchos
Lo que más me gusta de los talleres… el compañerismo.
Tuvimos hasta nuestra hora azul, aunque a alguno la batería le jugó una mala pasada…
Y por fin el momento de la cata, que para eso habíamos quedado no? 😉
Espero que volvamos a hacer fotos juntos pronto. Gracias a todos!