Anoche volví a salir. Tenía prevista una localización hace bastante tiempo con muy buena pinta así que cogí el coche y me fui para allá. Después de recorrer casi 30 km resulta que el lugar en cuestión estaba recién sembrado y no había por donde pasar sin pisar alguna planta, así que mi gozo en un pozo, habrá que volver cuando esté baldío… En fin cogí de nuevo el coche y volví por donde había venido con el plan B en la cabeza: una pequeña casa de aperos cerca de un cortijo. No sabía muy bien si estaría habitado pero había que echar un vistazo. Tuve suerte, sólo me acompañaba el ruido de los pájaros que se iban a dormir. Seguro que han soñado conmigo y las luces de mi flash 😉