Anoche le hice otra visita a esta vieja fábrica de papel del siglo XIX para enseñársela a mi amigo Juan Carlos y de paso hacerle unas cuantas fotos. Algunas máquinas han estado metiendo tierra y allanando el terreno de los alrededores, no sé muy bien para qué.  Las nubes salieron corriendo al vernos, así que tuvimos que conformarnos con las estrellas y la Luna que ya ha empezado a crecer. Como en las últimas salidas, de la iluminación exterior me encargué yo, con linterna y gel, y la interior a cargo de Juan Carlos con flash y gel; se está haciendo un especialista el vecino… Volveremos 😉