El sábado, cuando di por concluida la sesión de fotos a la Mezquita desde la orilla del río, subí las escaleras dispuesto a cruzar el puente romano y vi que todavía el cielo y las nubes me daban la oportunidad de llevarme otra imagen a casa, saqué el trípode y la cámara y me dispuse a disparar… esta vez «al otro lado del puente» como dice la canción del gran Quique González…