Ya os he hablado de las arboledas en el pequeño pueblo de Damme, cerca de Brujas, en Bélgica: caminos infinitos jalonados por árboles que a veces se tumban a merced del fuerte viento que sopla en el norte de Europa. Largas carreteras que parecen no acabar nunca, rodeadas de preciosos canales. Un sitio para perderse, sin duda.
Quiero volver!!