Ayer como era el día del trabajo decidí no trabajar nada de nada y me fui de excursión con la familia. Unos siete kilómetros desde la puerta de casa hasta La Alhambra, por unos caminos que merece la pena recorrer en un día primaveral como el que hacía. Al llegar, pudimos ver muy de cerca varios petirrojos que parece que están acostumbrados a la gente porque iban y venían sin asustarse mucho. No llevaba la cámara así que tiré de iPhone y conseguí retratar a uno a apenas un metro. El próximo día me llevo la réflex a ver si lo saco más favorecido…